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Marta Izquierdo Munoz

Marta Izquierdo Muñoz

Llegada a la danza después de realizar estudios de psicología en Madrid, su ciudad natal, Marta Izquierdo Muñoz practica la danza con un enorme apetito (ballet, jazz, danza contemporánea, flamenco, clubing) antes de firmar sus primeros proyectos personales a partir de 2007 y de crear su compañía[lodudo] producción.

Después de haber sido intérprete para algunas producciones importantes, con Catherine Diverrès (CCNRB) y François Verret, ella orienta sus proyectos hacia formas más estrechas (del solo acompañado al trío), viajantes (Francia, España, Alemania, Austria, Japón) y que toman el tiempo necesario a los encuentros.

Al principio de la compañía, sin prohibir la creación de imágenes y de fuertes espacios performativos las piezas, contra una preocupación de eficacia espectacular, dan a experimentar una imaginación a partir de la persona que realiza el espectáculo, de sus fuerzas y sus defectos. La materia coreográfica se enraíza y se prolonga en elementos concretos: palabras, canto, barro, papel, un charco de agua, un rayo de luz, presencia de animales.

El lenguaje artístico de Marta Izquierdo se alimenta entonces de dos experiencias marcantes. La de la contra-cultura nacida de la movida madrileña post-franquista (ella misma inspirada de la Factoría de Warhol) y vivida desde el barrio popular y gitano de Carabanchel y el del descubrimiento del butô original, que ella asocia al duende español, en el que el espíritu se rebela, se expresa a través del cuerpo: el espíritu de la revuelta y los estados de trance propios a Hijikata o, más específicamente, el homenaje a la Argentina en el cual Kazuo Ohno baila el recuerdo de una bailarina flamenca vista años antes, no para imitar o ilustrar a la mujer, pero para “bailar su dolor, sus sentimientos, sus éxtasis”.

Las piezas se construyen alrededor de la creación de diferentes puntos fijos, como tantos espacios performativos en los que toman forma los estados del cuerpo, a menudo prolongados por el trabajo vocal (palabras o canto). Las materias u objetos parecen tomar vida, en tanto que los cuerpos y las caras se estiran y se transforman para evocar materias o convocar espectros, caminos performativos que dejan espacio a las variaciones, a un cierto espacio de libertad en la interpretación .

El lenguaje coreográfico puede ser descrito como una danza concreta caracterizada por diversos cambios de dinámicas y cualidades de movimientos: de la extrema lentitud al movimiento más rápido, hasta los estados próximos del trance; combinación del movimiento fluido y del movimiento sacudido; de un trabajo sobre el detalle contra el efecto de masa.

Como sus hermanos mayores de la movida madrileña, de la factoría en New York o del movimiento Angurade Tokyo a los cuales ella ha dedicado una parte de sus búsquedas, ella se interesa particularmente a rebelar la complejidad escondida detrás de los estereotipos producidos por la cultura popular. Como sus hermanos mayores de la movida madrileña, de la factoría en New York o del movimiento Angura de Tokyo a los cuales ella ha dedicado una parte de sus búsquedas, ella se interesa particularmente a rebelar la complejidad escondida detrás de los estereotipos producidos por la cultura popular. Todo eso, desnudado de su apariencia ostentosa, se convierte en materia de burla. En su trabajo es difícil disociar lo cómico de lo trágico y lo que funda su forma de trabajar no es el nihilismo, sino un gran humanismo .

Sus primeras creaciones son fruto de colaboraciones artísticas regulares (Samuel Pajand, Frans Poelstra, Mark Tompkins, Judith Cahen) o ocasionales (Norico Sunayama, Junko Fuchigami, Jean-François Pauvros), músicos o performers polimorfos, elegidos por su capacidad, no solamente a atravesar diferentes géneros o disciplinas artísticas, pero igualmente por su capacidad de reinventarse en una nueva forma. . El encuentro consiste entonces a desestabilizarse mutuamente descontextualizando el trabajo del otro, en un juego perpetuo entre identidad real y construida.

Las temáticas de trabajo actuales

Su trabajo está principalmente centrado en figuras femeninas situadas entre la marginalidad y la cultura de masas.

Ella se interesa en efecto a las representaciones de la mujer en la cultura popular y más precisamente al contraste entre el modelo ideal, liso y formateado propuesto por las producciones americanas y el reciclaje de esta imagen a escala local e individual, como en She’s Mine, My name is Britney Spears, o IMAGO-GO, centrado en la figura de la majorette. Así descontextualizadas, desterritorializadas estas emanaciones del mito americano hacen aparecer fisuras, singularidades, lo sensible: lo humano.

Marta Izquierdo se ha a menudo dirigido hacia personajes femeninos ambiguos, atraídos entre la necesidad de conformarse con ciertas normas sociales y prácticas artísticas que les sitúan en efecto en la marginalidad Ella se interroga igualmente sobre la noción de familia y de comunidad, más o menos disfuncional, en el díptico IMAGO-GO (2018) y GUÉRILLÈRES (2021).

En las creaciones más recientes, el trabajo se aleja algo de la vena performativa de sus inicios para orientarse hacia piezas de grupo con una escritura coreográfica cincelada para lo cual se hace acompañar de un asistente a la coreografía (Éric Martin).

Existe el deseo de focalizarse en diferentes lenguajes coreográficos. Así, Admirando la cheikha (2015) se inspira de las danzas del pelo marroquíes ; Practice Makes Perfect (2017) pone en escena a grupos folklóricos de bailes con palos ; IMAGO-GO (2018) se inclina sobre el vocabulario de la majorette y del twirling-bâton.

Sin duda en eco a una realidad social que se endurece de año en año, la temática de la lucha emerge en varios proyectos recientes de la compañía.

A veces se trata de canalizar un exceso de energía a través de una simulación artística como ocurrió en las battles de Krump organizadas por la compañía en los barrios del norte de Toulouse (Rise your Krump, 2017, Centre Culturel de Lalande). O aún más en los laboratorios ALL STYLE desarrollados a lo largo de la temporada 2019/20 que han reunido una selección de bailarines confirmados (aficionados y profesionales) procedentes de danzas tan diversas como el popping, la danza clásica y contemporánea, el jazz, el flamenco, el voguing, las danzas folklóricas occitanas o tradicionales de Mali… La explosión final, además de una forma coreográfica haciendo cohabitar todos esos estilos diferentes recorridos, dio lugar a una battle all style memorable en la que se eliminó toda idea de competición y alrededor de la cual se encontraron mas de 300 personas.

La temática del combate está igualmente presente en las dos próximas creaciones de la compañía: GUÉRILLÈRES, alrededor de las amazonas ficticias, guerreras de guerrilla y DIOSCURES, dúo de Titanes.

Al final, la mezcla de registros está igualmente en el centro de varias piezas, de la primera hasta la ultima. Así desde el 2008, la crítico de danza Rossita Boisseau escribía en el Mundo a propósito de She’s Mine : « Marta Izquierdo Muñoz es una verdadera cómica que podría embarcarnos en una tragedia. Salvo que ella ha decidido de salir por todo lo alto”. En GUÉRILLÈRES, basculamos constantemente de un registro al otro: del satírico al lírico, del cómico al trágico, del realismo a lo fantástico.

Alrededor de cada creación Marta Izquierdo Muñoz, construye lo que llama talleres de creación que son para ella una continuación de su trabajo de artístico compartiendo así con bailarines no profesionales, las ideas que recorren cada uno de sus trabajos.

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